Farallones Loma del Lanchar

Salimos muy tempranito porque no sabíamos lo que nos encontraríamos. Habíamos ojeado un par de comentarios hechos hace años por algunos montañeros y todos hablaban de la extrema dureza de la ascensión por la Loma del Lanchar.
A las 05:30, con los frontales en la cabeza, salimos del Restaurante en el Bco de San Juan y le metimos mano a la Vereda de la Estrella. Es una experiencia magnifica ese recorrido nocturno. Aunque mil veces recorrida esa Vereda, el hacerlo con noche cerrada y sin Luna es toda una experiencia, cada recodo te parece que es la primera vez que lo pasas. A tu izquierda el Río, aunque no lo ves, no deja de agradecerte, con su continuo parloteo, la compañía que esta madrugada le hacemos. Al cruzar los diferentes barranquillos por los que pasa la Vereda, generalmente en recodos con mucha vegetación y muy húmedos, te desorientas un poco hasta ver la salida del camino. Pasamos junto al Abuelo al que pillamos en brazos de Morfeo. Nos hicimos unas fotos junto a él tratando de no despertarlo. La Estrella, o Lucero, de la Mañana “Venus”, al E. nos estuvo vigilando todo el camino.
Cuando pasamos el cruce de Los Presidiarios y la Vereda gira hacia el Sur, empezamos a ver las caras nortes de nuestros Gigantes Tresmiles. Venus se puso a la izquierda pero no nos quitaba ojo…… Pasamos junto al Cortijo Probadora (antigua Mina), a la altura de los Cortijos del Hornillo. 500 m. más adelante pasamos junto al Cortijo de La estrella ya a solo 200 m. de cruzar el Guarnón por su puente de madera. Aunque seguía siendo de noche, las cimas que nos rodeaban ya se coronaban de resplandores rojizos anunciando la cercanía del Alba.
Tras cruzar el Puente y 200 m. más adelante vimos el hito que anunciaba la entrada al sendero que subía por la Loma del Lanchar. Eran las 07:15 de la mañana. Nos hidratamos y comimos algunos frutos secos para llenar los depósitos de la glucosa que íbamos a necesitar en el cuestarrón que teníamos delante. De pronto el Día irrumpió en estos Valles y en un pliz plaz todo se iluminó. Eran las 07.30, estábamos a 1.500 m. de altitud y teníamos que superar otros 1.500 para llegar a Veta Grande. Sin más rodeos acometimos la ascensión por senda de animales que zigzagueaba pendiente arriba con unos desniveles que ponían el vello de punta.
Nos lo tomamos con calma para no perecer en el intento. Analizados los distintos tramos de subida hemos constatado que se resumen en cinco bien diferenciados:
1º.- de 854 m. de longitud con un acumulado de 278 m. con rampas de hasta el 45%.
Un descansillo llano de 150 m.
2º. de 1.116 m. de longitud y acumulado de 358 m. con rampas del 45.45%
Un descansillo de llano de 132 m.
3º de 517 m. de longitud y acumulado de 155 m. con rampas de 41 %
Un descansillo de 128 m. al 15%.
4º de 872 m. de longitud y acumulado de 280 m. con rampas de 44%
Al final de este tramo hay que rodear un farallón, acabado en un gran tajo, si no llevamos material de escalada. El rodeo es fácil, de 700 m de longitud con pendientes medias de +15% y -15%.
5º y último tramo de 1.719 Kms. y acumulado de 300 m. con pendientes de hasta el 33%.
Este último tramo es el más bonito. Hay que crestear la Loma para no entrar en los chancales de media ladera. Las vistas a la derecha; Loma de San Juan, los Tajos del Campanario y del Veleta y a la izquierda; los Valles de Valdeinfierno y Valdecasillas separados por la Loma de las Casillas que sube a Juego de Bolos, el Espolón de la Alcazaba, El Raspón de Peñón Gordo, los Vasares de la Alcazaba y las Chorreras de Vacares, así como toda la Cuerda de los Tresmiles hasta más allá del Cuervo, se presentaban ante nosotros como premio por haber tenido la osadía de hollar estas latitudes y a estas alturas. Y es que, rutas como esta hacen que uno se enamore cada vez más de nuestra Sierra. El subidón que sientes cuando llegas a Veta Grande compensa el madrugón y las horas de incertidumbre previas a la ascensión.
Como digo, al llegar a Veta Grande nos felicitamos y coincidimos todos en que, aunque durilla, la ruta está muy asequible a cualquier montañero con buen estado de forma. El rodeo del farallón que todos nos temíamos, por lo leído, que iba a ser muy difícil, resultó ser un paso sin problemas a los que estamos acostumbrados en casi todas nuestras salidas. El secreto está en pegarte bien a la base del tajo y no meterte en los derrubios de más abajo donde la pisada se vuelve menos segura.
Poco antes de la una ya estábamos arriba y sacamos nuestra intendencia consistente en bocatas y alguna lata de cerveza. El Veleta, Loa Machos, el Mulhacén y la Alcazaba nos desearon buen provecho y tras 20 minutillos de siesta retomamos el camino ladera abajo para cruzar el Guarnón, subir por el Veredón Inferior y bajar a la Hoya de la Mora donde nos esperaba Igna para llevarnos a recoger el coche que por la mañana nos condujo al Barranco de San Juan. Gracias Igna por las molestias……..
Integrantes: Pepe Mateos, Richard Puertas y servidor.
Distancia recorrida: 20,840 Kms. Ascenso acumulado: 2.229 m. Pendientes máximas. +46% y -48%
Para ver el Perfil, algunas fotos y bajarse el Track, pinchad aquí.
Sierra Nevada, 16 de Septiembre de 2.020.
Ramón Ortiz.